lunes, 27 de julio de 2009

Cena Nº 82. Naia 2007. Venta La Ossa 2006.


Por gentileza de Bodegas y Productos Selectos AV, tuvimos ocasión de catar varios vinos. Comenzamos con “Nora da Neve 2006”, albariño de la denominación Rías Baixas que sorprendió agradablemente por la presencia de sabores frutales de lichi y pera, y la riqueza de sus matices. También pasaron por nuestras copas los tintos “Cenit 2005” y “Venta Mazarrón 2006”, ambos de Tierras del Vino de Zamora, interesantes muestras del trabajo vinícola que se está llevando a cabo en esa zona. Y nos detuvimos especialmente en los siguientes, que fueron valorados por la exigente mesa de cata de El Bocoy.

- “Naia 2007”. Un blanco joven, monovarietal de verdejo, bastante alejado de las señas de identidad de esta variedad. Amarillo verdoso y muy brillante, ofrece aromas tropicales, (piña, kiwi), gama vegetal y algunas notas extrañas que algún cofrade relaciona con queso cabrales o pimienta. En boca pierde frescura, decae la fruta, y se percibe cierta oxidación. Obtuvo 65 puntos.

- “Venta La Ossa 2006”. Preciosa fase visual, que nos permite disfrutar de un tono cereza picota, cubierto, de capa media-alta. Con buena intensidad aromática, su nariz es agradable, con madera de calidad (roble), con notas especiadas y cacao sobre un fondo claramente mineral. En boca resulta un tanto astringente, con aristas aún por pulir, y un exceso de madera que hace pasar a la fruta a un segundo plano. Obtuvo 72 puntos.

jueves, 18 de junio de 2009

Cata Nº 81. Ráfols & Surià. Sauvignon Blanco Barrica. Merlot y Pinot Noir. Cabernet Sauvignon 2003 G. Rva . Merlot 2000.


Lo cierto es que los dos tintos que fueron objeto de análisis no dejaron indiferente a ninguno de los cofrades, ya que las diferentes botellas abiertas no presentaban condiciones adecuadas. El monovarietal de Cabernet Sauvignon, Gran Reserva 2003, lucía triste y desvaído en las copas, y confirmaba en boca la mala impresión, con presencia de acetona y una desagradable picazón. Tampoco el monovarietal de Merlot estaba como nos hubiera gustado, y no mereció nuestro comentario.

Previamente tuvimos ocasión de catar el “Ráfols & Surià Sauvignon Blanc”, con seis meses de barrica, que obtuvo una calificación de 75 puntos. Amarillo pajizo dorado, brillante y limpio, en nariz mostró aromas de especias, frutos secos (almendra), pimienta y hongos. En boca es untuoso, glicérico, con volumen y elegancia. A lo anticipado en la fase olfativa hay que añadir toques de madera, que le confieren un agradable paso por boca.

El último de los vinos catados, “Ráfols & Surià Rosado” fue el que nos acompañó en la cena. Se trata de un coupage de merlot y pinot noir, que fue valorado con 64 puntos. A la vista es bastante cubierto, con tonalidades cereza. Sus aromas traen recuerdos de confitería, miga de pan, levadura, y fruta muy dulce (manzana asada). En boca pierde intensidad y el abanico olfativo no se corresponde con las sensaciones que deja en el paladar, más discretas, sin presencia de la complejidad desplegada inicialmente. Un vino correcto y sencillo, que resulta fresco y adecuado para una comida ligera.

martes, 24 de febrero de 2009

Cata Nº 80. Pricum Albarín Barrica 2007. Pricum Rosado 2007. Pricum Prieto Picudo 2007.



- “Pricum Albarín Barrica 2007”. Nos encontramos con un blanco elaborado con un coupage de albarín (70%) y verdejo (30%), que ha sido fermentado y criado durante 7 meses sobre lías en “fudre oval” de madera francesa.
Amarillo pajizo brillante. Corto en nariz, ha perdido la fruta y se aprecia cierta oxidación. En boca destaca la acidez, que le da un poco de viveza. Predominan las notas varietales del verdejo, y aunque resulta fresco y se bebe de forma grata, le falta persistencia y viveza. Obtuvo 70 puntos.
- “Pricum Rosado 2007”. Monovarietal de Prieto picudo, con fermentación y crianza de siete meses en “fudre oval” de madera francesa. Es un vino diferente, con color cereza y capa media, que apenas presenta aromas florales, sino de frutilla roja y algo de madera. En boca es también extraño, con recuerdos de fruta madura y bayas del bosque, pero corto de intensidad, de acidez y a juicio de algunos cofrades, un tanto plano y sin chispa. Obtuvo 62 puntos.
- “Pricum Prieto Picudo 2007”. A la vista muestra un precioso color morado, de capa alta, muy brillante, que acompaña unos aromas limpios con una primera impresión marcada por la madera nueva de roble, que rezuma calidad. En boca es amplio, sabroso y cálido, con notas de fruta, toques de coco, pimienta negra, y una agradable persistencia. Su estructura es un poco justa en intensidad y equilibrio, y se sustenta en el sólido armazón que le otorga la calidad de su madera. Obtuvo 78 puntos.

Cata Nº 79. Villeza Doce Meses - 2006.




“Villeza Doce Meses - 2006” obtuvo una nota de 83,12 puntos. Se trata de un monovarietal de prieto picudo, un tipo de uva poco conocido fuera de León, que por sus características permite elaborar vinos de calidad, muy aptos para la crianza, que ya han comenzado a captar el interés de expertos y aficionados. A la vista, “Villeza Doce Meses 2006” presenta un bonito color cereza picota, limpio, brillante y de capa alta, con reflejos morados en su ribete. Desprende aromas de buena intensidad, con predominio de la fruta (ciruela, mora, grosella), y notas tostadas cedidas por madera de calidad. Algunos cofrades señalan toques de coco, cacao, tabaco y sutiles notas balsámicas. En boca tiene una entrada robusta, con carnosidad y taninos muy vivos, que hacen suponer que mejorará en botella en los próximos dos años. Sabe a fruta madura, resulta sabroso, con buena acidez, cálido y con un final persistente en el que se aprecia el agradable amargor tan peculiar de la variedad.

jueves, 15 de enero de 2009

Cata Nº 78. "Arrayán 2003".


El tinto que centró el interés de la cita mensual de la Sociedad de Amigos del Vino El Bocoy pertenece a la Denominación de origen Méntrida (Toledo), denominación que nunca hasta ahora había pasado por nuestra mesa de cata. Se trata del “Arrayán 2003”, un monovarietal de Syrah, de 14º, con 14 meses en barrica de roble francés allier, que obtuvo una valoración de 83,2 puntos. En la copa, el tinto Arrayán 2003 presentó un atractivo color cereza picota, muy cubierto, con capa alta y matices amoratados. Sus aromas son limpios y revelan su paso por la madera, que le ha conferido gran elegancia, al tiempo que ofrece una gama de fruta madura, uvas, ciruela, cacao y toques minerales. En boca nos encontramos con una estructura poderosa, cimentada en taninos de calidad y alcohol bien ensamblado. Muestra un ligero amargor propio de la variedad, diluido en un mar de gratas sensaciones, con un tacto aterciopelado, cuerpo y redondez. Destacan sus notas dulces (fruta madura, compota, mermelada, cacao) y nítidos recuerdos minerales. En definitiva, un gran vino que se bebe con placer.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Cata Nº 77. Pazo de Señoráns 2007




-“Pazo de Señoráns 2007", vino que fue objeto de degustación y que nos acompañó en la cena, pertenece a la Denominación de Origen “Rías Baixas”. Es ésta una denominación de corta historia (fue reconocida en marzo de 1988), muy limitada geográficamente, y con una superficie de viñedo de cerca de 2.500 hectáreas.
Se trata de tierras bajas, próximas al mar y asociadas a los tramos inferiores de los cursos fluviales, lo que condiciona formalmente las características climáticas de influencia atlántica que se manifiesta en temperaturas suaves y precipitaciones elevadas y bien repartidas. La morfología de los suelos, (pobres, arenosos, ácidos y delgados), proporcionan a las uvas unas peculiaridades propias de aroma y frescura.
En la fase visual muestra un color amarillo verdoso muy brillante, y una evidente untuosidad reflejada en las abundantes y glicéricas piernas que decoran las paredes de las copas. Desprende aromas limpios de buena intensidad, de carácter herbáceo, con toques de manzana golden, hinojo y membrillo.
En boca tiene una entrada suave, agradable, propia de un vino redondo y armonioso. Fresco y con sensaciones cítricas y frutosas, ofrece recuerdos de manzana, uvas y piña. Se bebe a gusto, se disfruta y transcurre placenteramente por nuestro paladar. En definitiva, nos encontramos ante un buen vino, que reproduce perfectamente las peculiaridades de la uva albariño. Obtuvo una calificación de 73,5 puntos.

martes, 7 de octubre de 2008

Cena Nº 76. Novellum 2005. Sango 2004.



“Novellum 2005”. Monovarietal de Tinta de Toro, con una crianza de 12 meses en barricas americanas, francesas y rumanas. A la vista presenta un bonito color cereza con bordes violáceos. En nariz sorprende por un intenso aroma que varios cofrades identifican como “olor a queso”, y que es debido a un compuesto llamado “diacetilo”, procedente de una defectuosa fermentación maloláctica. Este olor es persistente, no desparece con la oxigenación, y enmascara cualquier otro aspecto de la fase olfativa.
En boca el vino es muy alcohólico y con unos taninos excesivos, que adormecen el gusto y dejan en el interior de los labios la sensación astringente que nos recuerda el pellejo de una ciruela verde. Puntuado con cierta polémica, (hubo cofrades que se negaron a ello), el vino obtuvo 57 puntos.




“Sango 2004”. Se trata del denominado “vino de alta expresión” de Bodegas Rejadorada, también monovarietal y con una crianza de 18 meses en barrica de roble francés. En la copa el vino ofrece un hermoso color guinda intenso, con una capa muy alta y destellos morados en el menisco. En nariz se muestra elegante y fino, con toques especiados y balsámicos, vainilla y recuerdos de fruta negra madura. Cuando se saborea, Sango ofrece sensaciones agradables, propias de un caldo equilibrado, armonioso, con taninos maduros e integrados. En la vía retronasal es redondo y con buena persistencia. Obtuvo 76 puntos.